La necedad y el paro

Gabriel Ordóñez Nieto

La necedad no es, nunca ha sido, un ingrediente para sentarse a una mesa de diálogo que busque la solución de los conflictos de cualquier índole, la conflictividad social, sobre todo, requiere de seres humanos cultivados con amor en principios, valores y creencias. Debe ser un estudioso de las ciencias humanas, ecuánime, sensato, ponderado a la hora de valorar los elementos en disputa y apoyar con sabiduría, a las partes, para encontrar los puntos de consenso y la solución al conflicto.

El necio es alguien que se caracteriza por su ignorancia en los asuntos sometidos a mediación, esto no es peyorativo pues, todos los seres humanos desconocen, ignoran, muchos asuntos de la convivencia humana. No todos son expertos en economía, medicina, derecho, sociología, etc. pero el necio se cree erudito en todo sin percatarse de los disparates y tonterías que sostiene, a veces con solvencia, pues su terquedad le anima a mantener sus criterios contra viento y marea, ignoran la racionalidad y su lógica solo tiene asidero en el capricho.

El necio, por lo general, es imprudente, nada visionario al momento de aportar ideas, astuto endilga responsabilidades a otros y busca, a como dé lugar, sacar ventaja de las emboscadas que tiende a sus opositores.

En la Biblia se encuentran referencias a la necedad, se transcribe Jeremías 4:22 “Poque mi pueblo es necio, no me conoce, hijos torpes son, no son inteligentes. Astutos son para hacer el mal, pero para hacer el bien no saben”

Resulta indispensable relacionar al necio con la violencia pues, al no lograr sus propósitos con las argucias que emplea, se rebela y echa mano a la violencia que no es otra cosa que una expresión de agresividad manifiesta o encubierta que provoca consecuencias negativas para todo aquel que se ponga en contacto directo con ella. La violencia callejera, inicia con disfraz de pacifismo pero poco a poco la necedad cambia su ropaje por el de la violencia, el atraco, el incendio y la muerte. El necio, naturalmente, no ve nada, culpa a otros y se declara inocente, perseguido, amenazado de muerte.

Lo relatado y lo que pasa en el país no es más que obra de las coincidencias.

El gobierno acudió a una mesa de diálogo aceptando condiciones de un solo lado. Grave error, tener a 3 de sus funcionarios rodeados de dirigentes, partidarios, veedores sesgados, conductores del evento comprometidos con el desorden, prensa seleccionada con extremo cuidado para no filtrar lo desagradable y con cientos de ciudadanos en “vigilia” en los exteriores del recinto. Cuando el gobierno pone una sola condición, no conversar con Iza, enseguida se rasgan las vestiduras y se radicalizan.

El gobierno debe dialogar en condiciones de igualdad, con veeduría y conducción independientes. Hay organizaciones serias, más de trecientas, que han ofrecido interponer sus buenos oficios con el ánimo de tener un diálogo productivo que permita alcanzar soluciones dentro de lo racional y posible para el gobierno, el país y la mayoría de ecuatorianos, con énfasis en los más pobres y vulnerables.

Quito, 29 de junio de 2022

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