Gabriel Ordóñez Nieto
El autor de un artículo de opinión que circuló en las redes sociales utilizó el epíteto estúpidas para
referirse a personas que tuvieron intervenciones desacertadas en alguna de las sesiones de la
desprestigiada Asamblea Nacional. Causó mucho revuelo y opiniones a favor y en contra sin que falten,
desde luego, las protestas de quienes se sintieron agraviadas.
Resulta difícil conocer como entendieron al calificativo, si no conocían su significado debieron acudir
al diccionario de la RAE en el cual se lee, “estúpido: necio, falto de inteligencia” La prensa nacional
ha hecho y hace un seguimiento estrecho de las actividades e intervenciones públicas de decenas de
asambleístas y las críticas acerbas y descalificaciones que han recibido han sido tan numerosas que ha
colocado a la Asamblea entre las de menor aceptación por parte de la ciudadanía. Justo es reconocer
unas cuantas excepciones de rigor.
En las últimas sesiones del pleno han ocurrido hechos y se han tomado resoluciones no solo polémicas
sino contradictorias e inentendibles.
Una comisión ad hoc, integrada por mujeres asambleístas presentó el informe del asesinato de una
dama en el interior de la Escuela de la Policía Nacional. Del análisis sesgado y direccionado por los
opositores se desprende que el responsable de la muerte, dolorosa por cierto, es el Presidente Lasso
y se solicita su enjuiciamiento político como si él tuviera la obligación de vigilar quien entra o quien
sale de un recinto policial, anotar las horas de ingreso e impedir que el esposo la asfixiara y provocara
su deceso. ¿Cómo llamar a las personas que no entendieron las circunstancias propias de una pareja
disfuncional y la brutalidad de un violento para formular acusaciones sin motivación, sin sustento?
¿Cómo llamar a una persona que necia confronta a un sentenciado por corrupción y le dice, sin
ruborizarse, que no se le puede creer nada de lo que dice, sin tomar en cuenta que le hace un flaco
favor a su jefe que está en situación similar agravada por mantenerse prófugo?
¿Cómo llamar a grupos que solicitan obras, asignación de recursos para seguridad, educación y salud
pero se oponen a la recaudación de impuestos para atenderlos? ¿Cómo llamarlos cuando solo quieren
destruir el país, su economía y su democracia?
¿Como llamar al mestizo, con dos apellidos originarios de España, que viste poncho rojo cuando ofrece
ruedas de prensa y declaraciones públicas y jeans en otros momentos? ¿Cómo llamar a los que exigen
graciosas condonaciones de deudas con recursos de todos los ecuatorianos? ¿Cómo llamar a los necios
que amenazan con violentas y destructivas movilizaciones en un país con serias dificultades
económicas?
Los muertos y los estúpidos se parecen mucho, estos no saben de sus limitaciones y aquellos no saben
que partieron de este mundo. Así las cosas la estupidez continuará haciendo de las suyas condenando
al país a su estancamiento y hasta su deterioro.
Quito, DM 2 de diciembre de 2022
Pronto saldrán a las calles creyendo que con el grito de afuera todos se solucionarán de la noche a
la mañana los problemas del país.
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