Gabriel Ordóñez Nieto
El gobierno y la asamblea se presentan en sus mensajes publicitarios con el epíteto NUEVO con la esperanza que el pueblo crea que las cosas han cambiado. Nada tan alejado de la verdad pues ambas instituciones mantienen prácticas inveteradas en la política ecuatoriana. Nada ha cambiado desde 1979 año del retorno a la democracia con la victoria de Jaime Roldós Aguilera como presidente del Ecuador.
A poco de instalado el nuevo gobierno comenzó la llamada pugna de poderes, se pretendió gobernar desde la denominada cámara de representantes, cambiada luego de nombre en algunas ocasiones, hasta quedar como asamblea nacional, nido en la actualidad de politiqueros, ruines, incapaces, oportunistas y en algunos casos hasta delincuentes. Desde aquí se entorpece la acción del ejecutivo con la utilización de artimañas, atajos ilegales, maniobras que captan votos de corruptos como ocurrió con el último exhorto al presidente para pedirle que deje de pronunciamientos personales cuando son claras y notarias, las intervenciones diarias de un prófugo de la justicia que injuria, enreda, miente y hasta desestabiliza la democracia y traiciona a la patria. A este sujeto no le piden parar la jodedera. El gobierno debe cerrar esas cuentas sin dilación alguna.
No contentos ni satisfechos con lo hecho pretenden ahora descalificar al presidente dizque por incapacidad mental. Una estupidez por donde se la mire. Noboa al igual que todos los ecuatorianos goza del derecho a la libre expresión y como todos también a equivocarse o expresarlas en momentos inadecuados, inconvenientes o inoportunos tal cual lo hacen los asambleístas de marras muy a menudo sin que nadie les tome cuentas ni les importe las críticas por más acerbas y duras que sean.
El presidente ha entrado en el juego. Joven y mal asesorado ofrece respuestas del todo inapropiadas, erráticas porque no puede hacer declaraciones, a medios nacionales o internacionales, creyendo que se mantendrán en secreto, en la opacidad; es un hombre público y cuanto diga será utilizado como comidilla tanto por la feroz oposición que tiene como por troles contratados para desprestigiarlo, no debe olvidar que también la asamblea está en campaña electoral y la RC5 tiene muñecas dispuestas a jugarse el todo por el todo a cada rato y a toda hora.
En la línea de la vieja política, el gobierno pactó con el diablo, el mismo que ahora mismo le ha dado la espalda, le saca los cueros al sol y lo persigue contando con el apoyo de la narco delincuencia y de los procesados en los diferentes juicios.
Como parte de la vieja política se rodeó de amigos inexpertos para el manejo de la cosa pública y los resultados están a la vista de todos, apenas se salvan de la crítica, un par de estos personajes pues han dado la cara mientras los demás se mantienen en el anonimato o cuando aparecen la riegan.
El presidente mantiene una pugna con la vicepresidenta tal cual ocurrió en la vieja política, las maniobras para deshacerse de ella, para terciar en paz en la campaña de su reelección, también se inscriben en el viejo modo de las acciones políticas. Para evitar una de las campañas más sucias de que se tiene memoria debe pensar seriamente en terminar el período para el cual fue elegido, aprovechar su juventud para ganar experiencia política, aprender más de administración pública ahora que sabe que no es igual a la administración privada, preparar un equipo de gobierno y presentarse a las elecciones en el 2028 que podría ganar con holgura.
El país no merece vivir en medio de tanta falta de patriotismo y en medio de tanta podredumbre causada por los pésimos políticos que actúan en el doloroso presente del Ecuador. Quito DM 21 de junio de 2024
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