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A la memoria del Dr. Agustín García B.

“Umbrío por la pena, casi bruno” escribo para recordar al Dr. Agustín García Banderas, un ecuatoriano distinguido que dejó de su paso por la vida su personal estela de cosas buenas. Quiteño, recibió educación primaria en la escuela Pedro Pablo Borja; secundaria en el siempre prestigioso colegio San Gabriel, galardonado con el anillo de oro como mejor egresado de la promoción de 1954. En la Universidad Central del Ecuador egresó en 1961 y recibió mención de honor como mejor egresado. Se doctoró en 1962, su tesis versó sobre el sufrimiento fetal, tema muy difícil de abordar en una época en la que la criatura era prácticamente inaccesible y se tenía que hacer gala de habilidades y conocimientos para certificar su estado de bienestar previo al nacimiento. Hombre íntegro, serio, probo. Se vinculó a la función pública y a la docencia universitaria para servir a la comunidad y a la juventud con limpieza y distinción. Al trabajo le dedicó amor, talento y compromiso.

En el IESS, gracias a sus estudios de posgrado sobre Planificación de Políticas y Sistemas de Salud en la Escuela Nacional de Salud Pública en el Brasil, se desempeñó como Supervisor del Departamento Médico, Jefe de la División de Salud Regional y Subdirector Regional Médico Social. Como profesional visionario y estudioso de la realidad nacional fue asesor de la Comisión de Salud del Congreso Nacional. Su actividad docente en la Central fue destacada. Como profesor principal ejerció la jefatura del Área de Gíneco Obstetricia y de la cátedra de Humanidades Médicas. Sus enseñanzas científicas con principios y valores merecieron el premio al mérito docente otorgado por la Universidad. Hombre de acendrada calidad moral y arraigados principios éticos fue socio fundador y Presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Bioética, miembro de la Comisión Nacional de Bioética y de las Comisiones de Bioética del CONASA, del Centro de Biomedicina, de la Red Latinoamericana de Bioética de la UNESCO y de la Sociedad Internacional de Bioética. Justo es resaltar sus valiosos y reconocidos aportes en cada una de estas organizaciones que lo llevaron a dictar numerosas conferencias sobre la materia tanto en el país como en el exterior.

Hombre de letras y humanista vivió muy cerca de las publicaciones científicas, del ensayo y de la poesía. Escribió sobre varios temas y, solo por señalar lo más destacado, se hacen constar: ensayos sobre las obras de don Miguel de Unamuno y Pablo Neruda, Reflexiones sobre la Vejez y el Envejecimiento y los libros: Temas de Bioética y Genoética y Bioética Clínica. Casado con la señora Miriam Paz tuvo a sus hijos Agustín y María Belén y un hogar feliz y duradero como justo premio a un hombre esencialmente bueno y talentoso.

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