Los habitantes de la ciudad de Quito reconocen su esforzada labor para contener el avance de la pandemia causada por el SarsCov2. La responsabilidad que tiene al frente de las acciones sanitarias y administrativas para tener los mejores resultados, es enorme. Las presiones que soporta de la ciudadanía, los empresarios y el pueblo en general son disímiles y eso dificulta la toma de decisiones consensuadas. Ahora se encuentra abocado a terminar de forma ordenada la cuarentena que mantiene a la capital semiparalizada con graves repercusiones económicas, sociales y sanitarias. El tiempo se le viene corto y usted junto al concejo capitalino deben diseñar un conjunto de medidas para cambiar de semáforo en rojo a semáforo en amarillo sin provocar agravamiento de la situación de la pandemia.
Es evidente, señor Alcalde, que la pobreza, la marginalidad, la exclusión, la necesidad imperiosa de obtener dinero para cubrir necesidades mínimas de alimentación y salud han desbordado ordenanzas, decretos y más instrumentos que buscaban y buscan disminuir los números de personas contagiadas, enfermas o muertas. Nada de lo visto hasta hoy hace presumir que la situación mejorará, se ve que cada día más y más personas alcanzan las calles y resulta improcedente, inconveniente y violatoria de derechos la aplicación de la fuerza para obligar a cumplir las disposiciones emanadas de autoridad competente.
Usted y el Concejo deberían asesorarse con profesionales y especialistas que le ofrezcan los mejores consejos para encontrar algo difícil de encontrar: EQUILIBRIO.
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