La cartera de salud tiene nuevo ministro. A los años un profesional capacitado estará al frente de un ministerio encargado de aplicar la política de salud más apropiada para los ecuatorianos. Asume en medio de la pandemia causada por el Sars Cov 2 responsable de la enfermedad bautizada por la OMS como Covid19, el Dr. Juan Carlos Zeballos, a más de afrontar el reto de manejar con eficiencia este problema tiene la oportunidad, quizá irrepetible, de transformar la salud en el país toda vez que han quedado al descubierto tal cantidad de falencias de un supuesto sistema nacional de salud que no existe.
Preocupa, que el nuevo ministro, no tenga a su alrededor un grupo de expertos y técnicos de su entera confianza con el cual pueda diseñar la estrategia para la coyuntura actual y prepare cambios, profundos al sistema de atención vigente en el país así como las medidas de protección ambiental y comunitario que cambien el enfoque curativo de la atención por uno en que lo fundamental sea prevenir, promocionar, auto cuidar la salud y lograr la activa participación ciudadana a través de estrategias educativas y actividades remediales aplicadas al ambiente y a sus propios hábitos en materias tan básicas como la alimentación y la higiene.
Al amparo de estas consideraciones y lo aprendido al enfrentar la epidemia resulta inoficioso, por decir lo menos, reactivar la discusión sobre el COS instrumento jurídico desactualizado, extenso, reglamentario, punitivo, concentrador del poder en una sola persona lo cual es inconveniente y peligroso como se ha evidenciado durante el manejo nacional de la pandemia.
El Dr. Zeballos debe atender con la prontitud y eficiencia que demanda la situación de todos los profesionales y trabajadores de la salud en materia de protección del contagio al que hallan expuestos por la naturaleza de sus labores, dentro y fuera de las casas de salud. Esto es urgente, no admite más dilaciones ni descuidos.
El manejo de la información, merece en estos momentos de difusión masiva de datos, consejos, noticias, memes, cartas y más una revisión. El señor ministro debería, en estado de excepción, como está decretado, encontrar en reuniones de trabajo con las secretarías relacionadas con el tema algún mecanismo para evitar los excesos que, en una población sensible y preocupada por la situación y el confinamiento, infunden descontrol, miedo y hasta pánico.
Seguir las medidas y recomendaciones de organismos internacionales como la OMS, la OPS es lo prudente. Esperar los resultados de estudios y experiencias de quienes han adelantado investigaciones sobre el Covid19 es lo recomendable. Nadie debería, por importante que se crea, impulsado por el descontrol y la angustia aplicar en el personal de salud y en la población medidas peligrosas que podrían resultar más graves que la enfermedad.
Finalmente toca poner en práctica, a todo nivel, los principios bioéticos fundamentales para evitar acciones desquiciadas como las que se han denunciado en las últimas horas. El Comité Nacional de Bioética debería acompañar al señor ministro en la formulación de recomendaciones sustantivas tanto al personal médico y paramédico como a la población en general. No se puede ni se debe violentar la intimidad de nadie como tampoco se pueden difundir datos personales sin autorización.
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