OVID19-Y-AUTOCUIDADO

Covid19 y Autocuidado

Gabriel Ordóñez Nieto

El AUTOCUIDADO DE LA SALUD es de completa responsabilidad de cada persona. Implica amor por uno mismo. Quien ama su vida conoce sus posibilidades y valora sus potencialidades. No se puede amar lo que no se conoce. Quien ama la vida tiene la obligación moral de responder por su vida y por la vida de las personas a las que ama; se obliga a respetar, lo que equivale a no causarse ni causar ofensa o perjuicio y acatar las directrices para mantener un estado personal, familiar y colectivo de bienestar bio, psico, social y espiritual. Todo lo anterior debe cuidarse con prolijidad y esmero, no solo para mantener el amor intacto sino para acrecentarlo día a día. Al amor que agrupa: CONOCIMIENTO, RESPONSABILIDAD, RESPETO Y CUIDADO se le denomina amor fraternal y a este se refiere la sentencia bíblica: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. “Es una persona grande y virtuosa la que amándose a sí misma ama igualmente a todos los demás” (Meister Eckhart, 1941)

La pandemia de COVID19 causada por el Sars CoV2 ha puesto a prueba a la humanidad en su conjunto y se han podido apreciar reacciones de la más variada naturaleza. Muchos miles de personas dan muestras contundentes de amor fraternal y lo demuestran mediante el cumplimiento de medidas que no tienen costo, pero demandan disciplina y ciertos sacrificios para lograr un bien común inestimable: preservar la salud. (distanciamiento social, quedarse en casa, lavado de manos y uso de mascarilla) Todo el personal involucrado en la salud se entrega íntegro pese a las severas limitaciones de su equipo de protección personal, la irregular colaboración ciudadana y la carestía de equipos para el diagnóstico y el tratamiento de las personas enfermas de gravedad o de extrema gravedad.

Otros no quieren o no pueden colaborar. Aquellos tienen razones inentendibles o caprichosas o simplemente no comprenden la severidad del problema, no desean colaborar y desprecian el amor fraternal. Estos, los que no pueden, tienen motivos muy poderosos que superan sus buenas intenciones, sus magníficos deseos de colaborar pero sus limitados recursos, sus viviendas pequeñas, el hacinamiento inevitable, su falta de empleo ligada a ingresos que apenas satisfacen sus necesidades diarias de alimentación, condiciones sanitarias deficientes por el abandono crónico de gobiernos centrales y locales, etc. Todo esto forma parte de un día a día angustioso y debe comprenderse para implementar medidas que propicien tranquilidad y cumplimiento de las disposiciones. Es obligación del gobierno, de la sociedad civil, de las organizaciones religiosas ofrecer a los más necesitados ayuda eficaz: alimentos y medicinas.

POR AMOR FRATERNO QUÉDATE EN CASA

AMOR Y SOLIDARIDAD EVITARÁN CONTAGIOS Y SANCIONES

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