Gabriel Ordóñez Nieto
Se han cerrada las denominadas mesas de diálogo que en verdad han sido mesas de presión a un
gobierno debilitado por una serie de problemas en frentes de orden político y administrativo
especialmente.
Uno de los problemas es la excesiva exposición mediática del presidente quien ha decidido asumir de
manera personal la tarea de hablar de todo lo concerniente a su tarea, a toda hora. Esto provoca
errores que, aprovechados de inmediato por los correístas, llenan de memes críticos, crueles o
burlones las redes sociales cuyo efecto inmediato es el desgaste de la figura presidencial. El primer
mandatario debería calibrarsu presencia en los medios para evitar que su palabra se desvalorice. Debe
comunicar, sin cometer errores, de bulto lo que es importante en materia de logros, realizaciones,
planes en ejecución, acuerdos nacionales o internacionales y ratificar o rectificar lo anunciado por sus
voceros. Las noticias de las ideas, proyectos deben transmitirlas los ministros y más secretarios de
estado, para eso están. De este exceso presidencial se aprovecha el mestizo Iza Salazar para reclamar
su presencia, frente a él cada vez que puede, y la verdad es que el presidente no está para avalar las
pretensiones arribistas de un terrorista y menos exponerse a los exabruptos del extremista.
El ministro de gobierno está promocionando su figura política, no de otro modo se explica el anuncio
de 217 acuerdos cuando las demandas fueron muchísimo menos. Ha jugado con temas tan sensibles
como la educación que no termina de alcanzar los niveles de excelencia que debería tener. Con el
acuerdo anunciado se posterga la inclusión de millares de jóvenes al mundo real de la ciencia y la
tecnología que demanda el dominio de competencias en los campos de la matemática, la física, la
biología, los idiomas y más. La siguiente demanda será pedir universidades en los territorios y el
estancamiento será irreversible. Lo sensato es un esfuerzo nacional, con la participación de todos, en
la lucha contra la desnutrición crónica infantil para tener niños y jóvenes con capacidades cognitivas
que les permita acceder con éxito al complejo mundo del conocimiento actual. Los recursos deben
orientarse para esta tarea inaplazable antes de subsidiar combustibles que benefician a los más ricos,
contrabandistas y narcotraficantes.
En el tema de los combustibles fósiles el país ya sufrió los estragos del incremento. Los precios ya
subieron y no bajarán. Miles de millones de dólares se convertirán en humo pues la mentada política
de focalización será muy difícil de implementar y llevar a la práctica. Discriminará a unos y favorecerá
a otros. No subsidios sobre subsidios debería ser la consigna y vigilar con veeduría ciudadana la
distribución de los recursos ahorrados en pagar lo adeudado al seguro social, pagar a las comunidades
para que se encarguen de cuidar y mantener caminos vecinales, escuelas, centros de salud, mejorar
actividades productivas, etc.
La salud, señor presidente, es algo muy serio y no se puede abstraer del impresionante progreso de
los últimos años. Lo ancestral debe respetarse pero en modo alguno imponerse como política de
estado porque eso significaría no solo su estancamiento sino también su retroceso.
Circula en las redes una propuesta interesante: “señor presidente someta a plebiscito lo acordado a
espaldas, sin participación de la mayoría”
Quito DM, 18 de octubre de 2022
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