La pandemia de Covid19 llegó al gobierno del presidente Moreno en el momento más malo de su gestión. Con una credibilidad muy baja se desmorona día a día. Solo la emergencia sanitaria lo sostiene en el poder. Sería muy malo para el país un cambio de gobernante en un momento en que, ciertas hienas políticas, esperan saciar su voraz apetito asaltando al poder en medio de la crisis y sin que les importe un bledo lo que pueda pasar en el futuro inmediato. ÉL y su equipo se han equivocado, es cierto, no han tenido una línea coherente en sus decisiones, de modo errático han comunicado medidas que lejos de orientar a la población la han desorientado y provocado comportamientos inesperados para los responsables de ejecutar disposiciones desarticuladas y tardías. A manera de ejemplo se puede citar lo acontecido en temas de movilidad aérea y terrestre.
Está frente a un país difícil de gobernar. La ciudadanía exige el ejercicio de múltiples derechos consagrados en la constitución vigente. Demanda a una Asamblea inoperante, con alta desaprobación ciudadana, leyes para incrementar derechos. Pero, el cumplimiento de deberes y obligaciones es muy limitado y cuando alguna vez se sanciona, con razón alguna falta.
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