Los acontecimientos de octubre no deberían repetirse. Se cometieron muchos delitos y se siguen cometiendo al son de amenazas y declaraciones malsonantes. Los excesos policiales y militares también deben investigarse y sancionarse pero, sobre todo, debe funcionar el aparato estatal para prevenir nuevos abusos y desmanes y evitar así la violación de los derechos humanos de todos los involucrados en las confrontaciones (Civiles, militares, policías y ciudadanos en general). El sustantivo hermano se ha degradado porque se lo utiliza con ligereza de lado y lado. No se explica de otra manera el irrespeto observado y oído contra autoridades, discapacitados, indígenas. La hermandad entre cristianos sirve para unir y tiene un alto significado por el afecto y solidaridad que induce entre pueblos y personas.
Finalmente, señor Presidente, está muy bien tener una política de puertas abiertas para dialogar con todos los sectores, solo que no hay que tenerlas completamente abiertas porque la falta de sagacidad para identificar a los enemigos encubiertos provocará la salida de todo el gobierno cosa que no beneficia a nadie porque así no se solucionan los problemas económicos ni los sociales.
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